Aunque los sindicatos de trabajadores formales quizás simpaticen con el principio de inclusión de las trabajadoras y los trabajadores de la economía informal en el movimiento sindical, algunos creían que era imposible construir sindicatos de trabajadores de la economía informal que fueran sostenibles desde el punto de vista económico.
Se argumentó que los niveles de pobreza de la economía informal hacen imposible que las trabajadoras y los trabajadores paguen cuotas sindicales para que la organización sea económicamente viable sin ayuda externa, ya sea de trabajadores de la economía formal, de las ONG o de las organizaciones donantes.
Sin embargo, muchas asociaciones de trabajadores informales han desarrollado los medios para que sus afiliados paguen las cuotas directamente y han desarrollado formas innovadoras de contabilidad y de gestión de estos recursos que, de hecho, podrían ser adoptadas por los sindicatos.
Algunos sindicatos reciben sus cuotas únicamente a través del método de «deducción de cuotas», y todavía no tienen la experiencia o la capacidad para recaudar directamente, gestionar y contabilizar las cuotas de sus afiliados de forma individual, ya sea en efectivo o por transferencias bancarias. La «deducción de las cuotas sindicales» es un acuerdo de los sindicatos de trabajadores formales con el empleador para descontar las cuotas directamente de los sueldos de las trabajadoras y los trabajadores, y estos montos luego se transfieren al sindicato.
Muchos sindicatos de trabajadores formales tendrán que replantearse cómo gestionar y recaudar las cuotas sindicales. Esto podría incluir una escala de cuotas flexible en función de la capacidad de pago, aunque algunos trabajadores podrían oponerse si pagan una cuota más alta pero reciben el mismo (o mayor) nivel de servicios y atención.
Hay distintos tipos de apoyo que pueden marcar una gran diferencia en la sostenibilidad económica. Por ejemplo, brindar formación y asistencia técnica para crear sistemas de administración de los afiliados, o estudiar el uso de la tecnología de los teléfonos móviles para mejorar el cobro de las cuotas.
Es obvio que las asociaciones y los sindicatos de trabajadores de la economía informal (y muchos sindicatos de la economía formal) suelen ser más frágiles y precarios en términos económicos, y muchos necesitan apoyo financiero directo para sostener su infraestructura y operaciones básicas. Resulta evidente que si el apoyo financiero externo es inadecuado la organización democrática se destruirá.
Sin embargo, a pesar de los argumentos en contra, muchas organizaciones, incluso las de las trabajadoras y los trabajadores más pobres, han demostrado que pueden ser sostenibles gracias a los pequeños aportes regulares de sus afiliados. Los verdaderos problemas serán probablemente políticos y organizativos, y no necesariamente económicos.
Las asociaciones de trabajadores y los sindicatos necesitan una estrategia sostenible que proporcione resultados positivos a largo plazo. El apoyo no debe ser puntual, de una única vez, y se debe evitar crear dependencia y en cambio se debe fortalecer a las instituciones y sus actores.
CCOO eximirá de pagar cuotas a jóvenes parados y afiliados sin recursos con al menos tres años de antigüedad. CCOO ha elaborado un nuevo Plan Integral de Cuotas para el período 2014-2015 en el que introduce cambios para atraer nuevos afiliados y facilitar la permanencia a aquellos que pasen dificultades económicas.
El sindicato ha creado la modalidad de afiliado simpatizante, que permitirá a los parados menores de 30 años formar parte del sindicato sin pagar cuotas durante el primer año.
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En Brasil, cuando la reforma laboral de 2017 eliminó la cuota sindical obligatoria —práctica vigente en el país desde 1940—, acabó con la principal fuente de ingresos de los sindicatos, federaciones, confederaciones y centrales sindicales.
Los sindicatos perdieron muchos ingresos y para sobrevivir había que convencer a las trabajadoras y los trabajadores de que los servicios que ofrecen son necesarios y valen lo que cuestan, y con ello aumentar su adhesión económica voluntaria.
El Sindicato de Trabajadores de las Industrias de la Construcción Civil de San Pablo, que, al igual que otras instituciones sindicales, necesitaba, en un primer momento, hacer una drástica reducción de gastos, despidió a casi la mitad de los empleados y cerró algunos servicios asistenciales, como el departamento médico y dental. Pero luego hubo, sin embargo, un efecto positivo, destaca el presidente del sindicato, Antônio de Sousa Ramalho: el acercamiento a las bases.
El principal ingreso del sindicato se convirtió en el programa de sindicalización, llevado a cabo directamente por la junta directiva y los asesores en las obras. Durante estas visitas, se realizan controles sobre el terreno de las condiciones de trabajo y se ofrece la oportunidad de afiliarse a sindicatos: con una tarifa mensual de R$ 35,00, las trabajadoras y los trabajadores acceden a diversos convenios con instituciones educativas, farmacias, clínicas, clubes de ocio y otros, además de la asistencia legal de abogados gremiales. Como resultado de este trabajo, el sindicato ha ido ganando 1.000 nuevos afiliados por mes.
Publicado en:
A receita dos sindicatos para sobreviver ao fim da contribuição obrigatória - Mascaro